Homeopatía

La homeopatía es inquietante porque con los límites cada vez mayores de los tratamientos alopáticos, cada vez más pacientes recurren a ella para tratar el asma, el eccema, las infecciones otorrinolaringológicas o urinarias de repetición, la distonía neurovegetativa, la ansiedad, la depresión…etc.

Se trata de una medicina con 200 años de antigüedad, la primera medicina experimental mucho antes que la de Claude Bernard, y las últimas investigaciones confirman que efectivamente se trata de una medicina electromagnética.

Si los financiadores dejaran en manos de los investigadores convencionales pasar de la química molecular del siglo XIX a la química electromagnética del siglo XXI, la medicina del mañana sería más electromagnética que química.
¿Por qué querer negar que las células puedan comunicarse entre sí mediante señales electromagnéticas cuando lo aceptamos y lo utilizamos para nuestra vida diaria: teléfono “celular”, radio, televisión, wifi, GPS? Estamos rodeados sin ver ni sentir un electrosmog que por cierto no es tan inofensivo.

La química electromagnética no excluye la química molecular, sino que la complementa.

Así, la homeopatía, al regular lo mejor posible tu terreno personal, proporciona a tu cuerpo la información que le faltaba y le permite emprender el camino de la curación. Me gustaría recordarles que tanto las enfermedades agudas como las crónicas se pueden tratar con la homeopatía.

La homeopatía no es un tratamiento para el cáncer, los ataques cardíacos y las enfermedades que requieren cirugía; Por otra parte, asociado a estos tratamientos permite prevenir o reducir los efectos secundarios y, a menudo, potenciar sus efectos beneficiosos.