¿Lo sabías? 

El 5 de mayo de 2022 es el Día Mundial de la Higiene de las Manos. 

El inventor del «lavado de manos» fue el médico húngaro Ignace Philippe Semmelweis. 

En 1946, este médico hizo un inquietante descubrimiento en el departamento de obstetricia del Hospital de Viena: morían en el parto (fiebre puerperal) más mujeres que daban a luz con médicos que las que lo hacían con comadronas… 

El joven médico Semmelweis dirige la investigación y descubre que el depósito de cadáveres está cerca de la sala de partos utilizada por los médicos. Luego observa que pasan de la sala de disección a la de partos sin lavarse las manos. 

El Dr. Semmelweis introdujo un protocolo revolucionario pero muy sencillo, sugiriendo que los médicos se lavaran bien las manos antes de dar a luz. 

Para la medicina, se trata de un gran paso adelante, y sin embargo… 
Su descubrimiento es inquietante porque va en contra de la opinión científica predominante. Algunos colegas también se indignaron por la afirmación de Semmelweis de que los médicos, por falta de higiene, eran los únicos responsables de las muertes en el parto. 

Semmelweis fue objeto de burlas, ridiculizado y prohibido.

Hay que decir que es un mal profesor y diplomático, y que tarda en aportar pruebas de sus afirmaciones. 

Finalmente publicó su descubrimiento 14 años después, en 1961, pero la comunidad médica se negó a reconocer este avance científico.

En 1865, Semmelweis fue acusado de enfermedad psiquiátrica e internado en un manicomio, donde murió el 13 de agosto de 1865 como consecuencia de los malos tratos recibidos durante su internamiento.

El trágico destino de Semmelweis inspiró a Louis-Ferdinand Céline, que le dedicó su tesis de medicina. 

Semmelweis es considerado hoy un pionero: sus investigaciones fueron utilizadas por Pasteur y otros destacados investigadores.  La aplicación de sus recomendaciones produjo resultados espectaculares, ya que la mejora de la higiene provocó un descenso de la mortalidad infantil y un aumento de la esperanza de vida a partir de mediados del siglo XIX. 

El trágico destino de este médico visionario ilustra la nefasta influencia que puede ejercer el dogma en la ciencia, y más aún en la medicina. Nos gusta pensar que Semmelweis repetía a menudo su frase favorita:

 «El mundo te perdona todo, menos la verdad».

Dr. Pascal Trotta, 
Antiguo internista de los Hospitales de París, médico especialista, radiólogo, homeópata, fundador del Institut de Médecine Naturelle de Saint Sébastien.
Paseo de los Fueros 3, 20005 San Sebastián, País Vasco

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